Un terremoto de magnitud 7.7 golpeó hoy el centro de Myanmar, causando estragos en una vasta extensión del sudeste asiático. El sismo —uno de los tres más grandes que han afectado a la región en un siglo— abrió carreteras, derribó monumentos religiosos centenarios y destruyó numerosos edificios de varios pisos.
Aumento del Número de Víctimas
El Servicio Geológico de Estados Unidos, que monitorea la actividad sísmica, estimó que el número de muertos probablemente superará las 10,000 personas. Un recuento preliminar del gobierno militar de Myanmar reportó al menos 144 personas muertas y 732 heridas en múltiples ciudades. La televisión estatal MRTV confirmó estas cifras, pero se espera que el número aumente significativamente.
Gran parte de la devastación se concentra en Mandalay, la segunda ciudad más grande de Myanmar con aproximadamente 1.5 millones de habitantes, que se encuentra a solo 16 kilómetros del epicentro. Un trabajador de rescate de Amarapura, una antigua ciudad ahora parte de Mandalay, dijo a Reuters que se han recuperado 30 cuerpos de edificios de apartamentos derrumbados.
“Nunca he experimentado algo así antes — nuestra ciudad parece una ciudad colapsada”, dijo el trabajador, estimando que aproximadamente una quinta parte de los edificios han sido destruidos.
Destrucción Generalizada
Fotos y videos del país muestran impresionantes escenas de destrucción. El histórico Puente Ava sobre el Río Irrawaddy se derrumbó parcialmente, con sus arcos inclinándose hacia el agua. Monjes gritaban mientras los edificios monásticos se desplomaban. Los equipos de rescate están actualmente tratando de llegar a docenas de monjes atrapados bajo los escombros en el Monasterio Phaya Taung.
Además de Mandalay, los medios estatales reportaron el colapso de edificios en cinco ciudades y pueblos, así como un puente ferroviario y un puente vial en la Autopista Yangon-Mandalay. En la capital Naypyidaw, un hospital de 1,000 camas sufrió daños y las carreteras quedaron con enormes fisuras.
Un residente de Mandalay que presenció el colapso de un edificio de cinco pisos dijo: “Todos en mi ciudad están en la calle y nadie se atreve a volver adentro”. Otro residente informó que la destrucción se extendía por toda la ciudad, y un barrio, Sein Pan, estaba en llamas.
El impacto del terremoto se extendió mucho más allá de Myanmar. En la vecina Tailandia, un edificio de 33 pisos en construcción se derrumbó en Bangkok, a más de 965 kilómetros del epicentro. Las autoridades tailandesas confirmaron al menos nueve muertes allí, con más de 100 personas reportadas como desaparecidas mientras continúan las operaciones de rescate.
Respuesta Internacional
El General Min Aung Hlaing, líder de la junta militar de Myanmar, reconoció que el número de víctimas aumentaría e hizo un extraordinario llamado de asistencia internacional, invitando a “cualquier país” a proporcionar ayuda y donaciones.
Hablando desde la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que su administración proporcionaría asistencia. “Vamos a ayudar”, dijo a los reporteros. La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, indicó que los expertos en desastres de USAID estaban listos para ayudar con elementos esenciales como alimentos y agua potable, a pesar del reciente impulso de la administración para recortar los fondos de la agencia.
El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, anunció que la ONU se está movilizando en el sudeste asiático para proporcionar ayuda, con fondos iniciales de socorro asignados del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia.
Esfuerzos de Ayuda Complicados
La magnitud total de la devastación es difícil de evaluar en un país en gran parte aislado del resto del mundo. La electricidad y las líneas de comunicación están caídas en las regiones afectadas.
Los esfuerzos de ayuda probablemente se verán complicados por la actual crisis política de Myanmar. Desde que derrocó al gobierno civil electo de la ganadora del Premio Nobel, Aung San Suu Kyi, en 2021, el ejército ha luchado por mantener el control. La junta está enfrascada en una lucha con los insurgentes, y grupos armados de oposición han tomado extensas zonas del territorio.
Zin Mar Aung, la portavoz diplomática del Gobierno de Unidad Nacional de la oposición, dijo que los combatientes de las milicias anti-junta conocidas como Fuerzas de Defensa del Pueblo proporcionarían ayuda humanitaria.
Amnistía Internacional señaló que el terremoto “no podría haber llegado en peor momento para Myanmar”, dado el número de personas desplazadas, la necesidad existente de ayuda y los recortes a la ayuda estadounidense. Los enfrentamientos han desplazado a más de tres millones de personas en Myanmar, con inseguridad alimentaria generalizada y más de un tercio de la población ya necesitando asistencia humanitaria, según estimaciones de la ONU.
Nyi Nyi Kyaw, académico de Myanmar en la Universidad de Bristol, dijo que Myanmar está “totalmente incapacitado para hacer frente al impacto y sus consecuencias” debido al colapso de la sociedad civil.
Myanmar se encuentra en el límite de dos placas tectónicas y es uno de los países sísmicamente más activos del mundo. La nación ha enfrentado múltiples desastres naturales en los últimos años, y la junta, aislada internacionalmente, ha tenido dificultades para responder de manera efectiva.